Los más leídos en nuestras bibliotecas (2024)
Hace 5 días
La literatura no era nada; mis ilusiones de juventud habían sido vanas, una mentira, y el contacto con aquel mundo irreal, el mundo de fuera de los libros, así lo había confirmado: "Es una buena y dura lección, para un hombre que ha soñado con la fama literaria, salir del círculo estrecho en el que se le reconocen estas pretensiones y descubrir hasta qué punto está vacío de significado, fuera de este círculo, todo lo que consigue todo lo que se propone", corrobora fraternalmente Hatwthorne desde dos siglos atrás, transformando mi antipatía inicial primero en familiaridad y luego, a medida que avanzaba en la lectura de sus libros, en una especie de identificación que rozaba la camaradería: su desesperación encarnizada ante los trabajos de subsistencia que lo alejaban de la escritura; su tendencia al aislamiento y a una vida tranquila; el reconocimiento de los defectos de mis textos en los defectos de los suyos, como la inclinación irrefrenable de la alegoría, que Poe le reprocha en un famoso ensayo, o la rigidez de sus personajes ( No son creaciones, son expedientes ", escribió sobre ellos el crítico W.C Brronwell); el pudor superlativo e insustancial de sus diarios, de los que Henry James dijo que parecían cartas dirigidas a sí mismo por un escritor temeroso de que en Correos pudieran leerlas y que, en consecuencia, decidiera no contar en ellas nada comprometedor.
Etiquetas: DE LIBROS Y ESCRITORES
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