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UN PEZ CON UNA SONRISA



LIAO, Jimmy

Jimmy Liao, autor taiwanés. 1958-. Nació en Taipéi. Licenciado en Bellas Artes. Trabajó en publicidad. Ha firmado más de 18 libros, algunos de los cuales han vendido millones de ejemplares y han sido traducidos a muchos idiomas. Después de una brillante trayectoria de doce años en el mundo de la publicidad, una leucemia le obligó a replantearse su vida: a los cuarenta, abandonó su empleo en una agencia para dedicarse por entero a escribir y dibujar sus propias historias, dirigidas tanto al público infantil como al adulto. Varios de sus libros han sido adaptados al cine.
Sin duda, es el ilustrador asiático más conocido del momento.

VUELVE CONTADORES DE HISTORIAS



Un año más Contadores de Historias vuelve a la Quintana, el programa que emite la cadena Ser en Radio Asturias.
Como viene siendo habitual los viernes por la tarde, en el programa conducido por Silvia Rúa, Fernando Menéndez impartirá un pequeño taller literario.
En años anteriores se invitaba a los oyentes a participar mandando un microrrelato de diez líneas, más o menos. Para ello se daba una frase cada semana.
En la edición actual a la fórmula ya mencionada se sumará otra modalidad. Se dará un tema musical a los oyentes y éstos podrán construir su microrrelato con lo que la música les sugiera.

El tema del próximo viernes 2 de octubre es: NO HAY DOS SIN TRES

El tema musical: LOVE ME DO, de The Beatles

Los microrrelatos se enviarán a: contadoresdehistorias@radioasturias.com

La fecha límite de recepción es los jueves a las doce de la mañana.

Entre todos los participantes se sorteará semanalmente un libro.

TODOS TENEMOS ALGO QUE CONTAR



El dia 22 de septiembre comenzó el Taller de escritura en la Biblioteca de Asturias. Este curso y por la afluencia de gente deseosa de escribir o aprender a escribir, se han formado dos grupos. La imagen anterior muestra los dias en los que cada grupo tendrá su taller.

Publicamos el cuento ganador, Concierto para nadie, con el que se impuso a otros 16 finalistas de 2º de ESO

Un texto sentido y musical ha sido el ganador de la 49º edición del Concurso Coca-Cola de Jóvenes Talentos - Premio de Relato Corto. Su autora, María Elena López González, del colegio Nuestra Señora de la Asunción de Sarria (Lugo), se ha impuesto, a sus 14 años, a otros 16 jóvenes finalistas de 2º de ESO (uno por cada comunidad) con el relato Concierto para nadie. La segunda y la tercera clasificadas del premio han sido, respectivamente, María Moreno Fernández, del colegio Sagrado Corazón Jesuitas de León con el cuento Mi lucha contra la lucha, y Sara García Hevia, del colegio Cumbres, de Santander con Anillo de fuego.

Tras viajar a Praga una semana junto a todos los finalistas, los seis mejores del premio, pudieron asistir a un curso de escritura creativa en la Escuela de Letras de Madrid en el que tuvieron la oportunidad de conocer a autores consagrados como Javier Reverte o Rafael Ábalos. Las primeras tres clasificadas de esta edición del concurso serán premiadas con un segundo curso on-line de escritura creativa de dos cuatrimestres de duración, que organiza la Escuela de Letras. Asimismo, los 6 relatos finalistas del Premio serán publicados en la revista literaria EñE en el número del mes de diciembre de 2009.

Los participantes tuvieron que escribir un relato corto de no más de cuatro caras de extensión en menos de dos horas, a partir de las seis palabras que les fueron entregadas y que debían incluir obligatoriamente en su historia: "restaurante", "gabardina", "máquina", "alegría", "gato" y "secreto". El próximo mes de octubre el Concurso Coca-Cola Jóvenes Talentos afronta un nuevo reto al alcanzar la que será su 50 edición.


CONCIERTO PARA NADIE


Las notas comienzan a fluir con total soltura del piano. Mis manos, máquinas perfectas, caen con garra sobre las teclas marfil, intentando encontrar una temperatura acorde a ellas, y creando, a la vez, una melodía melancólica, triste quizás, impropia de una noche de sábado.

Sin duda alguna, me gusta mi trabajo. Puede que me haya sumado a la monotonía de tocar para amenizar reuniones de trabajo, citas románticas u otros eventos de poca importancia, cada noche. Puede que me esté rindiendo ante la rutina, pero tocar el piano es mi forma de evadirme de la realidad. De escapar del amor nunca vivido, y, a la vez, tan temido. Cuando toco, me convierto en un gato negro, solitario, que deambula por los tejados nocturnos sin seguir una dirección definida. Como perdido.

Las notas van corriendo, pero sólo yo sé que hago algo más que acatar las órdenes de una partitura compuesta por un extraño. Todos ignoran que, cada noche, voy entretejiendo mis sentimientos entre las notas impresas en este pentagrama pautado de líneas que resbalan lánguidas sobre un papel desgastado por el tiempo. Son primero las fusas las que, al emanar de mi piano, van anegando con su alegría el cosmos que es aquel restaurante. Por momentos, mis ojos, buscan una cabeza afable, unos ojos centelleantes, o, aunque solo sea un leve cruce de miradas. Buscan un asomo de interés entre un público glacial.

A medida que avanza la noche, me relajo. Voy introduciendo cada vez más silencios, blancas… mi rastreo entre el público se desvanece. No hay un final para esta pieza. Obra que yo dirijo. Yo decido si quiero correr o descansar. Si mi deseo es hablar o callar. En mi música, va disuelta una parte de mí. Nadie lo sabe. Ninguno de los comensales dispuestos en mesas colocadas en perfecta cuadratura, conoce el verdadero significado de este arte.

No son sonidos, son hechos.

No son silencios, son secretos.

No es música, soy yo.

Mientras esta reflexión cruza mi cabeza, jóvenes y no tan jóvenes, se disponen a engullir sus platos. Yo, sigo pensando… Nunca encontrarán belleza en el chirriar de una puerta. No alcanzarán la felicidad cuando las yemas de sus dedos rocen suavemente los troncos labrados de las vides. Sus pulsaciones no aumentarán cuando pequeñas gotitas de agua rocen sus manos. Y así, según van discurriendo los minutos y las notas, muy poco a poco, uno a uno, van cogiendo sus gabardinas oscuras y gastadas por el uso, atravesando el marco de la puerta para abrir sus coches y dirigirse a sus hogares, sumiéndose, realmente, en la verdadera monotonía
.


María Elena López González

(ELCULTURAL.es)


REGRESA EL CLUB DE LECTURA

De septiembre a junio, en la sede de la Biblioteca de Asturias, comenzará de nuevo el taller de lectura que se ha venido desarrollando en los últimos años. A pesar de que el número de libros es limitado, las sesiones de comentario y cine están abiertas para todo aquel que esté interesado.
A continuación pasamos a detallar las obras a leer y sus fechas.



TESTIGO DEL CAMBIO



Cuando regresé a la plaza, después de tanto tiempo, creí presenciar un milagro. Solo los ángeles podrían haber obrado tal prodigio. No podía imaginar a nadie tan sublime y eficaz en su trabajo. Ni en mi niñez había visto las piedras tan: limpias, claras y nítidas. Si no fuese porque la catedral era inequívocamente la misma, hubiese pensado que la habían erigido de nuevo. Su torre, sus arcos, los portones, los relieves, el rosetón, todo era nuevo y ancestral. Lo que más me maravilló, fue observar que los demás edificios del entorno parecían también renovados. A la vez que seguían siendo los mismos de siempre.
Mientras caía el primer orbayo vi que la calzada brillaba como un espejo. Recordé lo mucho que se embarraba cada vez que llovía en mis tiempos mozos. También, me vino a la mente todo lo que había sufrido y amado en aquel lugar. Al momento, una algarabía de gentes me sorprendió con sus bailes y sus músicas apareciendo por todas las bocacalles. Sus atuendos parecían muy semejantes a los que yo recordaba en los danzantes. Los bailes tradicionales tampoco habían cambiado mucho. Pero, los parroquianos parecían haber venido de otro mundo. ¡Qué ropajes tan escasos, qué provocativas las mujeres! Tardé varios años en acostumbrarme a ellos.
A medida que el tiempo va pasando voy comprendiendo que es lo que ha sucedido. Me llegan conversaciones que me hacen comprender lo equivocada que yo estaba. Lo que ha llegado a evolucionar el ser humano, para bien o para mal. Veo: que no es oro todo lo que reluce. He sido testigo de cómo los obreros han remozado alguno de los edificios que faltaban por blanquear. Ha sido un duro golpe para mi fe. Pero, ha sobrevivido. Pienso que los caminos de Dios son inescrutables.
A lo que nunca podré acostumbrarme es a los barullos y los conciertos que me toca padecer por las fiestas de San Mateo. Quizás mi pasado no sea del todo honroso. Pero, no creo que me merezca esto. ¡Qué estruendos tan insoportables! Cuanta suciedad mancilla las calles, durante la noche, hasta que aparecen los empleados de la limpieza. ¡Qué bacanales me veo obligada a presenciar! Y cuantos fogonazos me lanzan a la vez que me abrazan con una confianza que no comparto. Incluso las palomas se posan desvergonzadas sobre mí. ¿Hasta cuando he de soportar este castigo?

Mar Cueto Aller

VERANO











El sol reverbera en los cuerpos desnudos,
brillantes torsos en total abandono.
Arena y agua, canícula y espuma,
intensa y cegadora, ardiente luz.
El calor aplasta cual pesada losa,
las cigarras cantan con su voz carrasposa,
el monte se quema, la ambición sestea.
Se para la vida, se quiebra una flor.

Pepa

ROBERTO BOLAÑO(3)





EN LA SALA DE LECTURAS DEL INFIERNO


En la sala de lecturas del Infierno En el club
de aficionados a la ciencia-ficción
En los patios escarchados En los dormitorios de tránsito
En los caminos de hielo Cuando ya todo parece más claro
Y cada instante es mejor y menos importante
Con un cigarrillo en la boca y con miedo A veces
los ojos verdes Y 26 años
Un servidor

DICE MURAKAMI




Yo empiezo a escribir sin ninguna estructura, apenas con alguna imagen o una serie de personajes que me interesan. Así como los lectores, no puedo esperar a dar vuelta la página para saber qué pasa con esta gente que he creado, porque no tengo idea del argumento, simplemente dejo que la historia fluya libremente desde mi interior y me sorprendo a mí mismo. Por eso creo que la libre improvisación es simplemente llegar a la esquina sin aliento para ver qué hay al girar en ella, con un sentimiento de excitación que debería ser transferido a los lectores, lo mismo que la sensación de libertad. Esto ya es el punto final, la elevación, esa emoción que uno experimenta al completar su interpretación.

DICE OLVIDO GARCÍA VALDÉS


Escribir 1

El poema es siempre retrospectivo, pero la dilatación lírica se adhiere a la respiración; el pensamiento del poema no procede por análisis sino condensándose, condensándose en asociaciones, en ritmos y montaje. Se trata de un pensamiento perceptivo, intuitivo y lacónico, sensorial.
Algunas prácticas, trabajo de taller; I) Suprimir: suprimir imágenes o nexos innecesarios, decir lo menos posible: con frecuencia la fuerza de un poema no está en lo que dice sino en lo que calla y que lo alimenta(en las máscaras de algunas tribus de Mali, cuanto más peligrosa es la máscara, más pequeña es la boca); 2) ahondar en lo rítmico, buscar que se resuelva en lo de verdad respiratorio; 3) vigilar contra los hallazgos, contra lo redondo, contra lo agradecido y esperable.

SEPTIEMBRE





septiembre

ahora que el tiempo es bueno pero escaso
ahora que el otoño se acerca invitando a cenar
caliente,
no todo está bien pero puedo vivir así:
la lluvia que sembró de óxido los bancos del parque,
que mantuvo sin red las canastas de baloncesto,
se filtró en mi libreta
como el cinismo levantando sus tiendas
en la orilla del río de los ojos.
pero todavía antes de irme quiero ser práctico:
-recorrer de una vez la avenida del parque
-saludar con la mano a los niños (conocidos o no),
-hablar del tiempo, hablar.
-no juzgar a nadie por los rasgos de su cara,
frotar las manos y tomar café.
-sonreír.
-tender cepos como sábanas.

Jaime Priede (Sama de Langreo,1965) de Lluvia con veraneante, Nómadas, 1997

ESA POLILLA...



Elviernes 11 de septiembre, a las 19:30, Olvido García Valdés leyó poemas de su poesía reunida, Esa polilla que delante de mí revolotea (Barcelona: Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, 2008), en la librería Cervantes de Oviedo. El acto fue presentado por Marcos Canteli.


La siguiente reseña es de Fernando Menéndez, aparecida en Literaturas.com:

Ya en los primeros poemas de Olvido García Valdés que aparecen bajo el título de La caída de Icaro (1982- 1989)es evidente la ausencia de ese redondeo estilístico tan querido por la poesía que, en aquel entonces, va imponiendo su preeminencia. Al utilizar la expresión redondeo apelo a una inclinación casi cursi por lo lírico y lo bien acabado; una lectura, en definitiva, superficial y mal asumida de diversas tradiciones; entre otras, la procedente de la Generación de los 50.

Esa polilla que delante de mí revolotea. Poesía reunida. Hago el esfuerzo de aislar lo común por repetido: el adjetivo reunida. Cuánto vale y que poca importancia le damos. Reunir refleja el peso y a la vez el alivio de la supervivencia. Reunir, al menos así lo veo, reunir es revivir. Por eso Olvido García Valdés matiza y recoloca para la reunión lo que el tiempo y las circunstancias habían ordenado a su gusto.

La poesía de Olvido García Valdés puede valorarse por su fidelidad a lo expresado por ella misma en Después de “Y todos estábamos vivos”:

“La poesía trabaja con los materiales de la vida; un poema es un lugar raro en que se guarda la vida. Raro, porque de pronto está ahí, afuera, resultado de una experiencia interior al fundirse con los materiales que la expresan; pero a la vez un poema no llega nunca a objetivarse, permanece, permeable y abierto, esperando que quien lo lee lo active de nuevo. En él se imprimen una sensibilidad y carácter, el impulso de una voz, es decir, cierta organización sintáctica, una temperatura, la distancia desde lo que se habla; la relación, en fin, de quien habla con la muerte.”


Volviendo a los poemas de La caída de Icaro, ya toma fuerza en ellos la presencia del entorno y la naturaleza como interlocutores, acicates y termómetros del pensamiento poético: Es como un olor o una manera / de contemplar la luz, / quizá el otoño, / llevas el pelo recogido, / caminas hacia casa / y eres otoño, luz / y el aire un poco frío / rozando las mejillas /(has estado jugando). / Eres tú entonces / y miras como ahora.

Luz, otoño, aire… Elementos atmosféricos, piezas del natural. Habla la autora en sus notas (Escribir, 2) del consuelo del campo y señala además una característica que sus poemas subrayan verso a verso: Interior y exterior son categorías, metáforas espaciales no estancas. El poema, a mi modo de ver, es conducto que a su vez es lugar: el prodigio de la paradoja pervive en él; tránsito y estancia (exterior e interior) se alimentan necesariamente.

Como el joven camarero que en Tres rosas amarillas de Raymond Carver se obsesiona con el corcho caído en la habitación del balneario donde acaba de morir el maestro Chéjov. Como ese camarero joven, cojo el corcho y veo en él la trascendencia del suceso: Olvido acaba de publicar su poesía reunida en Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores. Y hace más o menos un año que recibió el Premio Nacional de Poesía por Y todos estábamos vivos. El corcho bien puede ser un poema de este libro que acabo de citar. El paisaje agostado y la conducción a velocidad por un autopista que provoca una inquietante felicidad: amarillo sobrenatural / en agosto, lo sobre / natural es del rastrojo, rastro / bajo los cerros blancos, huesos / de tallos truncos, lo / sobrenatural es la cebada / que no hay y que deja / en el campo el color; un pino / y un ciprés ponen el negro / para que dore luz y suba leve / aire al sol que ya no está; yo / estoy y lo veo por Mota / del Marqués y conduzco / deprisa y no me mato.

Creo que la belleza – y en esto seguimos siendo clásicos – creo que la belleza es geometría, exactitud. Tomado al azar cualquier poema de Olvido García Valdés y leído al cabo, no hay lugar para aledaños: el poema es un espacio angosto y limpio; un ático provisional con una pequeña claraboya hacia el cielo.

Necesario aprender sin dilaciones que en la escritura poética el orden de los factores ( digamos las palabras) sí altera el producto. Cortes abruptos, perversión de la lógica versal, eliminación de nexos… Yuxtaposición. La naturaleza del poema acaba por decidirse en el montaje. Puede la yuxtaposición sonar a mero proceso sintáctico. Nada más lejos de lo que en estas notas trata de acotarse: yuxtaponer tiene un efecto vertical; excava, aunque sea para levantar modestas casas de adobe donde la intimidad se verá apelada por la intemperie.

Malevich, Botticeli, Velázquez, Uccello, Gorky… Pintores y sus cuadros que añaden grumos a la textura de los poemas. Escuchemos a propósito al poeta Pedro Provencio:

“Olvido García Valdés ha escrito muchas de sus páginas a partir de la contemplación de cuadros. Pero sus poemas no suelen describir ni interpretar: pasan a través de la pintura y, al otro lado, sus palabras se oyen en un ámbito que tiene de la plástica esa objetivación propia del cuadro, con la particularidad de que esa independencia verbal arrastra consigo el taller y la mirada originadora. Quien ha pronunciado estas palabras está más en la autonomía de lo dicho que dentro de su propia piel.”


Pasar a través y expresar la indefensión que supone estar al otro lado. Asunto del poema.

No es una división entre poesía abstracta y poesía figurativa. Simple y demagogo, ya se ha abusado lo suyo de tal reparto de papeles. A menudo, la mano puntillosa de un Durero es impulsada por la erupción incesante de un Rothko.

Aprieto el corcho en mi mano: soy de nuevo el joven camarero. Balneario-mujer triste-hombre importante-muerte. Soy de nuevo el joven camarero. ¿Acaso alguna vez he dejado de serlo? Dos hermanas, niñas, se peinan. Es nochevieja:

qué largo el tiempo / para la niña que peina a su hermana / mientras la madre hace / la cena de fin de año; luego / ella misma se lava los cabellos / y su hermana la peina; casi /como si fuera su nochevieja primera / todo va muy despacio y pide / con uvas los deseos.

El maestro Chéjov hubiese dado su aprobación con una leve inclinación de cabeza. El gesto de peinarse: lo que él llamaría un detalle significativo.

Parafraseando a la propia Olvido, diré que escribir unas notas sobre su poesía sólo sirve para señalar en qué dirección miro cuando hablo de su poesía. El conjunto de sus poemas reunidos fraguan para mí una proximidad como lector que se inició en Exposición (1990. Esquío. Ferrol) y que se prolonga hasta hoy. La suma de sensaciones que provoca en uno la lectura de libros que, impaciente, espera, conforma una nueva intimidad intacta; difícil a su vez de comunicar. A lo sumo con aproximaciones, sobreentendidos. Así pues, comunicar el significado de leer a Olvido es por mi parte un mero tanteo; una inevitable pero en este caso feliz insensatez.

LAS 30 PROHIBICIONES



Estos 30 preceptos fueron publicados en The Library Journal de Nueva York por Harold Klett en 1909 en un artículo denominado Don’t.

(Ojo: las cursivas no son del autor)

  1. No leer en la cama. (Lee en la cama. Lee en el sofá. Lee mientras paseas... Lee donde y cuando te dé la gana y te dejen)
  2. No poner notas marginales, a menos que sea un Coleridge. (Escribe notas y comentarios en los márgenes. Subraya. Colorea párrafos que te llamen la atención)
  3. No doblar las puntas de las hojas. (Vale, eso no: los marcapáginas están para algo y son gratuitos)
  4. No cortar con negligencia los libros nuevos. Se refiere a los libros intonsos, que se han encuadernado sin cortar las barbar a los pliegos que lo componen. Algunos autores recomiendan cortarlos con un naipe.
  5. No garabatear vuestro interesante y precioso autógrafo en las páginas del título. Ni en ninguna otra parte del libro, advierten los comentaristas. (Pon tu nombre donde quieras. Escríbelo con lápiz, con bolígrafo, pon un ex-libris personalizado... Estampa la fecha si quieres o el nombre de quien te lo regaló o la ciudad donde lo compraste)
  6. No poner en un volumen de un peso, una encuadernación de cien pesos. Para unos la encuadernación no debe superar un tercio del valor de compra del libro, otros simplemente advierte que no debe superar el valor del libro.
  7. No mojar la punta de los dedos para dar más fácilmente vuelta a las hojas. (De acuerdo: y en estos tiempos extraños de gripes extrañas, resulta conveniente no hacerlo)
  8. No leer comiendo. Ni comer ni beber leyendo. (A mí me encanta leer mientras como. Y nunca he manchado un libro)
  9. No fiar los libros preciosos a malos encuadernadores.
  10. No dejar caer sobre el libro las cenizas del cigarro, y aún mejor no fumar leyendo. Esto perjudica a la vista.

  11. No arrancar de los libros los grabados antiguos.
  12. No colocar vuestros libros sobre el borde exterior o canal, como se hace frecuentemente cuando se lee y se interrumpe momentaneamente la lectura, en vez de tomarse el trabajo de cerrar el libro después de haber puesto una señal.
  13. No hacer secar hojas de plantas dentro de los libros. (¿Y el placer de estar leyendo y encontrar de pronto una hoja, un pétalo y recordar el sitio exacto donde lo encontramos y el por qué lo guardamos entre las páginas de ese libro?)
  14. No tener los estantes de las bibliotecas encima de los picos de gas. La recomendación a quedado obsoleta pero especialmente la luz solar y el calor de los radiadores siguen siendo terribles enemigos sobre todo de las encuadernaciones.
  15. No sostener los libros sujetándolos por las tapas.
  16. No estornudar sobre las páginas. (También de acuerdo: la OMS no lo aprobaría. M
  17. Ni el sentido común)
  18. No arrancar las hojas de guarda de las tapas.
  19. No comprar libros sin valor. (Los libros vienen sin garantía. Todos hemos cometido el error de comprar un libro y constatar que hemos hecho una mala inversión. Y si hablamos del valor material, los hay que disfrutan con libros hermosos, de buenas encuadernaciones y bellos grabados... Y los hay que sólo compran libros de bolsillo)
  20. No limpiar los libros con trapos sucios.
  21. No tener los libros encerrados en arquillas, escritorios, cómodas, ni armarios: tienen necesidad de aire.
  22. No encuadernar juntos dos libros diferentes.
  23. En ningún caso sacar las láminas y los mapas de los libros.
  24. No cortar los libros con horquillas para el cabello.
  25. No hacer encuadernar los libros en cuero de Rusia. Los distintos comentaristas de estos treinta preceptos no aciertan a comprender este punto.
  26. No emplear los libros para asegurar las sillas o mesas cojas. (He visto muebles hechos con libros. No sé sé si es una aberración o una forma de dar una utilidad diferente a un libro leído. Quedan muy bien, por cierto)
  27. No arrojar los libros a los gatos, ni contra los niños. Otro amplian la prohibición: “a ningún niño llorón debe permitírsele que admire las miniaturas de las letras capitales, no sea que con las manos húmedas manche el pergamino, pues en seguida toca lo que ve”. (No tengo gato, y sí me han entrado ganas alguna vez de lanzar algo a algún niño pesado. Afortunadamente, siempre he tenido algo a mano para lanzar, aparte de un libro)
  28. No romper los libros abriéndolos enteramente y por la fuerza.
  29. No leer los libros encuadernados muy cerca del fuego o de la chimenea, ni en la hamaca, ni embarcado. (Qué recuerdos: una hamaca con su suave balanceo. El calor o incluso el sonido relajante de la lluvia. Y un libro interesante. Qué buena combinación)
  30. No dejar que los libros tomen humedad.
  31. No olvidar estos consejos. (O sí. Tú mismo)

(Leído en El Documentalista enredado)
Pintura: Iman Maleki

EN UN LUGAR DE LA CHINA DE CUYO NOMBRE...




Con motivo de la participación de España como país invitado de honor en la Feria del Libro de Pekín, estos días se está representando en el Auditorio Nacional de la capital china una adaptación teatral del Quijote en mandarín. La obra, dirigida por el prestigioso dramaturgo Meng Jinghui, es una novedosa y sorprendente pieza que ha adaptado el clásico de Cervantes a la sensibilidad china, pero manteniendo algo tan hispano – y, por lo que se ve, al mismo tiempo universal – como es el quijotesco espíritu de ensoñación y rebeldía contra la realidad mediante la Literatura. Con una espectacular puesta en escena que sabe aprovechar los efectos multimedia y alcanza momentos sublimes, como el desquiciado combate contra los molinos de viento o la utilización dramática de las sombras, esta adaptación del Quijote destaca además por su fresco sentido del humor y fina ironía. Gracias al apoyo del Instituto Cervantes de Pekín, esta nueva adaptación en mandarín demuestra que el Quijote es un personaje universal e inmortal.

(Leído en ABC.es)

OTRA TIRA DE FORGES



(Visto aquí)

POQUITA COSA



Hace unos día invité a Yulia Vasilievna, la institutriz de mis hijos, a que pasara
a mi despacho. Teníamos que ajustar cuentas.
-Siéntese, Yulia Vasilievna -le dije- . Arreglemos nuestras cuentas. A usted
seguramente le hará falta dinero, pero es usted tan ceremoniosa que no lo
pedirá por sí misma... Veamos... Nos habíamos puesto de acuerdo en treinta
rublos por mes...
-En cuarenta...
-No. En treinta... Lo tengo apuntado. Siempre le he pagado a las institutrices
treinta rublos... Veamos... Ha estado usted con nosotros dos meses...
-Dos meses y cinco días...
-Dos meses redondos. Lo tengo apuntado. Le corresponden por lo tanto
sesenta rublos... Pero hay que descontarle nueve domingos... pues los domingos
usted no le ha dado clase a Kolia, sólo ha paseado... más de tres días de fiesta...
A Yulia Vasilievna se le encendió el rostro y se puso a tironear el volante de su
vestido, pero... ¡ni palabra!
-Tres días de fiesta... Por consiguiente descontamos doce rublos... Durante
cuatro días Kolia estuvo enfermo y no tuvo clases... usted se las dio sólo a
Varia... Hubo tres días que usted anduvo con dolor de muela y mi esposa le
permitió descansar después de la comida... Doce y siete suman diecinueve. Al
descontarlos queda un saldo de... hum... de cuarenta y un rublos... ¿no es cierto?
El ojo izquierdo de Yulia Vasilievna enrojeció y lo vi empañado de humedad.
Su mentón se estremeció. Rompió a toser nerviosamente, se sonó la nariz,
pero... ¡ni palabra!
-En víspera de Año Nuevo usted rompió una taza de té con platito.
Descontamos dos rublos... Claro que la taza vale más... es una reliquia de la
familia... pero ¡que Dios la perdone! ¡Hemos perdido tanto ya! Además, debido
a su falta de atención Kolia se subió a un árbol y se desgarró la chaquetita... Le
descontamos diez... También por su descuido, la camarera le robó a Varia los botines... Usted es quien debe vigilarlo todo. Usted recibe sueldo... Así que le descontamos cinco más... El diez de enero usted tomó prestados diez rublos.
-No los tomé -musitó Yulia Vasilievna.
-¡Pero si lo tengo apuntado!
-Bueno, sea así, está bien.
-A cuarenta y uno le restamos veintisiete, nos queda un saldo de catorce...
Sus dos ojos se le llenaron de lágrimas...
Sobre la naricita larga, bonita, aparecieron gotas de sudor. ¡Pobre muchacha!
-Sólo una vez tomé - dijo con voz trémula- . Le pedí prestados a su esposa tres
rublos... Nunca más lo hice...
-¿Qué me dice? ¡Y yo que no los tenía apuntados! A catorce le restamos tres y
nos queda un saldo de once... ¡He aquí su dinero, querida! Tres... tres... uno y
uno... ¡sírvase!
Y yo le tendí once rublos... Ella los cogió con dedos temblorosos y se los metió
en el bolsillo.
¾ Merci - murmuró.
Yo pegué un salto y me eché a caminar por el cuarto. No podía contener mi
indignación.
-¿Por qué merci? - le pregunté.
-Por el dinero.
-¡Pero si ya le he desplumado! ¡Demonios! ¡La he asaltado! ¡Le he robado! ¿Por
qué merci?
-En otros sitios ni siquiera me daban...
-¿No le daban? ¡Pues no es extraño! Yo he bromeado con usted... le he dado
una cruel lección... ¡Le daré sus ochenta rublos enteritos! ¡Ahí están preparados
en un sobre para usted! ¿Pero es que se puede ser tan apocada? ¿Por qué no
protesta usted? ¿Por qué calla? ¿Es que se puede vivir en este mundo sin
mostrar los dientes? ¿Es que se puede ser tan poquita cosa? Ella sonrió
débilmente y en su rostro leí: "¡Se puede!"
Le pedí disculpas por la cruel lección y le entregué, para su gran asombro, los
ochenta rublos. Tímidamente balbuceó su merci y salió... La seguí con la mirada
y pensé: ¡Qué fácil es en este mundo ser fuerte!

Año 1883

(ANTON CHEJOV, Poquita cosa)

LAS MIL Y UNA NOCHES



HISTORIA DEL REY SCHAHRIAR Y DE SU HERMANO EL REY SCHAHZAMAN

"Cuéntase -pero Alah es más sabio, mas prudente, más poderoso y más benéfico- que en lo que transcurrió
en la antigüedad del tiempo y en lo pasado de la edad, hubo un rey entre los reyes de Sassan, en las islas de
la India y de la China. Era dueño de ejércitos y señor de auxilliares de servidores y de un séquito numeroso.
Tenía dos hijos, y ambos eran heroicos jinetes, pero el mayor valía más aún que el menor. El mayor reinó
en los países, gobernó con justicia entre los hombres, y por eso le querían los habitantes del país y del rei-
no. Llamábase el rey Schahriar. Su hermano, llamado Schahzaman; era el rey de Samarcanda Al-Ajam.
Siguiendo-
las cosas el mismo curso, residieron cada uno en su país, y gobernaron con justicia a sus ove-
jas durante veinte años. Y llegaron ambos hasta el límite del desarrollo y el florecimiento.
No dejaron de ser así, hasta que el mayor sintió vehementes deseos de ver a su hermano. Entonces orde-
nó a su visir que partiese y volviese con él. El visir contestó: “Escucho y obedezco.”
Partió, pues, y llegó felizmente par la gracia de Alah; entró en casa de Schahzaman, le transmitió la paz,
le dijo que el rey Schahriar deseaba ardientemente verle, y que el objeto de su viaje era invitarle a visitar a
su hermano. El rey Schahzaman contesto: “Escucho y obedezco.” Dispuso los preparativos de la partida,
mandando sacar sus tiendas, sus camellos y sus mulos, y que saliesen sus servidores y sus auxiliares. Nom-
bró a su visir gobernador del reino y salió en demanda de las comarcas de su hermano.
Pero a media noche recordó una cosa que había olvidado; volvió a su palacio secretamente y se encaminó
a los aposentos de su esposa a quien pensaba encontrar triste y llorando por su ausencia..."


(ANÓNIMO, Las mil y una noches)

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