para poder vivir, fue su respuesta y
percibí el ahogo
guarda los días, los días
de guardar, movía la yema
del pulgar sobre el papel como una zarpa
jugando, enronquecida
respiración
la mañana, desde el coche
las montañas, los sucesivos planos
entre la niebla y el sol, parecía el paisaje
de un film japonés, no de Ozu desde luego
no de Ozu, la felicidad requiere
un esfuerzo, tal vez el primer año
no se consigue ni el segundo, a veces
hacen falta cinco, a veces diez, un esfuerzo
en el que persistir, la vida breve
LO SOLO DEL ANIMAL Olvido García Valdés, Tusquets Editores
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