Las reputaciones de Juan Gabriel Vásquez finalista del premio bienal de novela Vargas Llosa
Debe ser que usted es importante, dijo Samanta con una sonrisa.
Debe ser.
¿Y qué se siente?
Qué se siente qué.
Ser importante, Ser la conciencia de un país.
Mire, dijo Mallarmino, vivimos tiempos desorientados. Nuestros lideres no están liderando nada, y mucho menos están contándonos qué es lo que pasa. ¿Vamos a dejar que sólo nos los cuenten los políticos? Sería un suicidio, un suicidio nacional. No, no podemos confiar en ellos, no podemos quedarnos con su versión. Nos toca buscar otra versión, la de otra gente con otros intereses: la de los humanistas. Eso es lo que soy: un humanista. No soy un chistógrafo. No soy un pintamonos. Soy un dibujante satírico. Eso tiene sus riesgos también, por supuesto. El riesgo del dibujo es convertirse en analgésico social: las cosas dibujadas se vuelven más comprensibles, más asimilables. Nos duele menos enfrentarlas. Yo no quisiera que mis dibujos hicieran eso, claro que no. Pero no sé si se puede evitar.
Las reputaciones, Juan Gabriel Vásquez, editorial Alfaguara
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