Veo estos árboles que se van
haciendo árboles y todas sus orugas
se van haciendo hojas, oigo
a mujeres hablar de otras mujeres: sin
conocer la lengua, captar una ciudad
por las masas de luz, por minúsculas
tiendas, atravesarla en metro, queda
tenacidad que luego reposa junto a un árbol
y allí se está mientras juegan los niños:
-no imaginéis los bosques
como aquí en el otoño,
no se conocen las hojas amarillas,
todo verde, alzas la mano y tomas fruta.
Del ojo al hueso, Olvido García Valdés,
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