La ortografía a debate
¿Cómo escribir correctamente? Las Academias de la Lengua proponen cambios que en muchos casos son ridiculizados por la comunidad literaria.
Los cambios propuestos en la nueva
Ortografía de la lengua española, elaborada por las veintidós Academias de la Lengua y que será ratificada durante la FIL de Guadalajara, han causado controversia entre los escritores. No todos están de acuerdo con las propuestas de los académicos de quitarle la tilde a algunas palabras o cambiarle el nombre a varias letras. Entre los cambios impuestos por la nueva ortografía están los siguientes: la “i griega” se llamará ye, la b no será más “be alta” o “larga” sino simplemente “be” y la v será “uve”, desapareciendo las denominaciones “be baja” o “be corta”; la “w” ya no se nombrará “dobleú” o “doble be” sino “doble uve”. La ch y la ll pierden su condición de letras y su posición en la tabla del alfabeto, por lo que las letras del abecedario se reducen a 27. El adverbio “sólo” podrá o no llevar tilde, lo mismo que los pronombres demostrativos. Sin embargo, la tilde se proscribe en palabras como guión (ahora “guion”, según los académicos) y truhán (ahora “truhan”). Además, se elimina la q como letra representativa del fonema /k/, y ahora palabras como Iraq y quórum deberán escribirse “Irak” y “cuórum”, si alguien prefiere la grafía anterior deberá hacerlo como si se tratará de extranjerismos, es decir, en cursivas y sin acento (a menos que se lleve en el idioma original). En fin, estos son algunos de los cambios que presenta la nueva ortografía y éstas son las opiniones de algunos escritores sobre ellos.
Francisco Hinojosa
Conozco “sólo” (con acento) algunos cuantos de los cambios ortográficos que nuestra realeza académica de la lengua ha dictado (quisiera decir: sugerido). Seguramente consultaron con los hablantes y, si hubo quórum (con qu), decidieron lo correcto. Simplificar, en estos dos casos (quitar un acento y una qu que se volvió c), parece lógico. El siguiente paso quizá vaya por el lado de las sugerencias de Gabriel García Márquez: ¿por qué no escribir keso en vez de queso?
Fernando Iwasaki
Me parecen un despropósito y una rendición vergonzosa ante la ignorancia. Dentro de unos años se aceptará keso, siweña y kabrón. Estos cambios son producto de la incultura, la pereza, la ignorancia y la ausencia de autoridad, en su acepción latina de “auctoritas”.
Ángeles Mastretta
No me gustan. Ya no quiero aprenderme de nuevo las contra reglas de las reglas. Ya mi litigio viene de tan lejos como el tiempo en que le quitaron el acento a los monosílabos. Fe y fue sin acento se ven horribles. Tenemos una Academia prescriptiva. Cosa de hacerle y no hacerle caso, según nos guste. Lo que dicen es que piensan quitar palabras. Eso sí me parecería una barbaridad. No sé a qué atribuir los cambios, supongo que al hecho de que los académicos tengan que ocuparse en algo.
Élmer Mendoza
Los cambios son hechos. La Academia lo que ha hecho es oficializar algunos, los que consideraron más necesarios. Para mí son bienvenidos, puesto que siempre significan apertura en el estudio de nuestra lengua y sus múltiples variantes. Me preocupa un poco lo de los tildes, ¿sólo es lo mismo que solo? El contexto tendrá la palabra.
Rafael Pérez Gay
Las nuevas reglas me parecen una necedad. No entiendo por qué “sólo” ya no se acentúa pero “aún”, equivalente de todavía, sí; aunque el “aun” equivalente de incluso, no. Yo voy a seguir acentuando a la antigüita, como me enseñó mi maestra Eustolia en cuarto de primaria. Los cambios me parecen un intento por ponerse al día, pero lo hacen con nimiedades. Que se agreguen palabras es sano porque el lenguaje cambia todos los días, pero ponerse a ver si un acento en un monosílabo va o viene me parece una ociosidad de los paquidermos de Real Academia de la Lengua Española.
Sergio Ramírez
Me parece que tienden a simplificar la escritura, aunque tardaremos en acostumbrarnos. A mí me costará suprimir el acento en “sólo” de solamente. Supongo que la idea es volver la escritura más simple, aunque eso no debería implicar que la ortografía deje de ser importante. La ortografía es como el GPS de la escritura, enseña por dónde ir.
Daniel Sada
La Real Academia es como una Santa Inquisición burocrática, constituida por una caterva de viejitos gruñones. Me parece que los cambios gramaticales en nuestro idioma deberán ser expuestos a un consenso social, antes de llegar a una impostura caprichosa. Cuando una lengua está demasiado reglamentada, lo único que se consigue es matarla, como ocurrió con el latín culto y el latín vulgar. Entre más contaminada está una lengua, es mucho más viva y espontánea.
Enrique Serna
Creo que la eliminación del acento diacrítico les quitará muchos quebraderos de cabeza a los estudiantes. Supongo que la intención de estas reformas es simplificar la ortografía del español, y por lo tanto, las considero benéficas.
J.M. Servín
Pongo poca o ninguna atención a las decisiones y cambios que se toman desde el poder rector de cualquier institución, pues casi siempre son autoritarios y retrógrados respecto a las dinámicas sociales y culturales. Como escritor que prefiere ser un vagabundo del lenguaje, desconfío de los criterios normativos y los ignoro, hasta que me enfrento directamente a ellos.
Antonio Ungar
Me parece que la Academia va siempre detrás de la lógica y el sentido común de los hablantes, que son quienes transforman el idioma. No hay que tenerle miedo a los cambios, sin mezclas y cambios hechos por la gente en la calle, todos seguiríamos hablando latín. Creo que los últimos cambios ortográficos propuestos por la Academia son muy menores, casi insignificantes.
Xavier Velasco
De entrada no acepto que a “sólo” le quiten el acento. Yo seguiré acentuándolo aunque me digan que soy un viejito. Realmente los cambios son un problema de la Real Academia, la política del lenguaje no me interesa mucho. Me adecuaré a los que me acomoden, y a los que no, no. Creo que la Academia siempre va detrás de la literatura.
Héctor González
(http://impreso.milenio.com/node/8872139)
No sólo la comunidad literaria los ridiculiza, sino también los ciudadanos que no nos sentimos representados por esa forma de escribir o hablar. El idioma tiene tantas variantes que lo enriquecen, ¿por qué esa manía de homogenización?
Por ejemplo, nunca podríamos llamar en Argentina a la "W" uvedoble, porque para nosotros son dos "V" juntas, a la cual llamamos ve corta, con lo cual siempre será "doblevé".
Otro ejemplo: hace como un año me llegó un attach donde figuraban las palabras que ya no se usan más en España. La mayoría se siguen usando en Argentina, donde no es que sigamos hablando a la manera de Cervantes, porque nuestro "Vos" no significa "Usted o Señor" sino "tú". El idioma es riquísimo y es una lástima que ya no se usen los numerosos adjetivos para hablar cotidianamente, además de mezclarlos con extranjerismos (como mestizos somos todos los seres humanos)y todo lo que venga a agregar matices y frescura a nuestro hablar.
Valeria Buono dijo...
3 de diciembre de 2010, 21:41