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LAS UVAS DE LA IRA


El próximo jueves 26 de noviembre a las 19:00h se proyectará en el salón de actos de la Biblioteca de Asturias la película LAS UVAS DE LA IRA

TÍTULO ORIGINAL The Grapes of Wrath
AÑO 1940
DURACIÓN 129 min.
PAÍS EEUU
DIRECTOR John Ford
GUIÓN Nunnally Johnson, basado en el libro de John Steinbeck
MÚSICA Alfred Newman
FOTOGRAFÍA Gregg Toland (B&W)
REPARTO Henry Fonda, Jane Darwell, John Carradine, Charley Grapewin, Dorris Bowdon, Russell Simpson, John Qualen, Charley Grapewin
PRODUCTORA 20th Century Fox. Productor: Darryl F. Zanuck
GÉNERO Drama. 2 Oscar: mejor director, mejor actriz secundaria (Jane Darwell)

SINOPSIS: Tom Joad (Henry Fonda) regresa a su hogar tras cumplir condena en prisión, pero la ilusión de reencontrarse con su familia se transforma en frustración al tener que unirse a ellos, huyendo de la pobreza, para emprender un forzado viaje en busca de una oportunidad en la tierra prometida: California.

7 comentarios:

Como no pude volar al taller de lectura y me dijeron que estuvo muy interesante, os ruego que alguien me cuente cómo fue el asunto, porfa.
La pena es que me quedé sin el libro de la próxima...¡cachis!
¿Sabeis si hay manera de conseguirlo?
Esto de cenar con "pájaros" es lo que tiene, que, a veces, se pierde uno algo bueno. No me quejo, la bandada y el "pioteo" resultó entretenido, lo peor fue regresar al nial del ablanu, que como nevó estos días, tá fría como un carámpanu. Empezaré a colga-y espumillón..que algo abriga, y lo que favorez..¡home!

saludos

4 de diciembre de 2009, 9:55  

Estuvo superinteresantísimo!, lo malo es que el tiempo no alcanzó, como siempre, y cuando Alfonso entraba en calor hubo que cortarlo. Tenía preparada una conferencia de alto nivel intelectual, para dar sin límites de horario (con coloquio final, que más de uno se quedó con ganas de analizar en profundidad tremendo libro), con imágenes de la película detrás, con los libros extras que nos trajo para que curioséemos... Digo yo, ¿no podrían hacerse estos encuentros literarios, culturales, tan interesantes, un sábado a la tarde, más temprano, en la sala de proyecciones, sin las prisas de que cierran la biblioteca y los funcionarios de turno nos apagan la luz? Me pareció un desperdicio tener a un hombre tan culto, con tantas ganas de contarnos cosas, que encima nos regaló su precioso tiempo ad honorem, en ese apurón que duró una hora y nada... El taller de lectura no debería ser un lugar donde uno ficha tarjeta a horario (como en la oficina), sino un espacio lleno de vocación, de pasión, olvidados del reloj por la ilusión de compartir ideas, conocimientos, de intercambiar puntos de vista. Y eso es imposible y muy frustrante si estamos siempre a las corridas.
Bueno, esta es mi visión utópica, disculpen...

10 de diciembre de 2009, 2:26  

¿Y no hubo alguien que grabara esa espléndida velada? No estaría mal crear una pequeña filmoteca de invitados.
Tienes razón, Valeria, comparto tu utópica visión.
Por favor, más tiempo para el club de lectura cuando el libro y los invitados lo requieran.
Y ya que estoy pedigüeñu, pido que el próximo año, el maestro nos ponga de deberes a Auster y su libro "Invisible". Y comprobareis lo que es saber de un autor y su obra y si apagan las luces y nos echan....pues seguimos la charla en otro lugar, con cafeína y alcohol incluídos.
Esto sí que es utópico,¿no crees, Valeria? O puede que no.

Nos vemos

11 de diciembre de 2009, 17:09  

No te creas... No sé si es el clima asturiano, la humedad invernal que penetra por los huesos, el apurón vital de cada uno, pero a la salida de conciertos, conferencias, clases, yo sólo veo siluetas fantasmales que huyen despavoridas para sus hogares. Yo vengo de un país donde la tertulia para comentar los puntos de vista (luego de concierto, clase, taller o lo que sea) está institucionalizada, y nuestras cafeterías rebozan de gente a toda hora, por eso de la "labia", ¿viste? Y aunque llevo años aquí tratando de importar esa costumbre tan sana de relacionarse opinando, debatiendo, charlando, compartiendo, en una palabra, no consigo contagiarles el entusiasmo, la gente sigue mirando su reloj con ganas de llegar a casa, ponerse por fin las pantuflas gastadas y apoltronarse frente a la tv a que hablen otros...
Es verdad que el taller termina tarde, la gente quiere cenar y yo encima tengo un tren por hora para llegar a mi casa, por eso sería tan lindo que nos vieramos los sábados más temprano...
¿Se te ocurre alguna idea para entusiasmar a los compañeros?

12 de diciembre de 2009, 1:03  

Hombre, un poco utópic@s sí que sois, sí. No porque no merezca más tiempo una actividad interesante, sino porque pretender que se llene un salón un sábado por la tarde, me parece poco menos que imposible. O al menos bastante improbable.
Y Valeria, lo de "importar" la costumbre de las tertulias a este país...no sé el tiempo que llevarás viviendo aquí ni me voy a poner a hacer apología de nuestras sanísimas costumbres, pero hace tiempo que sabemos de eso. Donde yo me muevo claro que se hace. El tiempo no da para mucho y hay obligaciones que son insoslayables, pero una buena charla es fundamental.
Y no quiero ser impertinente, pero los bares no "rebozan"...

13 de diciembre de 2009, 19:32  

Bueeeeeeno, ya salió la RAE a apostillar un error ortográfico, ¡peccato! ¿cómo pude escribir una "z" en vez de una "s", si en el teclado están taaaaaaaan lejos?
Quise decir "re-bo-sar": Dicho de un lugar que está exageradamente lleno.
Y sí, los bares rebosan siempre, pero yo hablaba de las cafeterías, donde la gente se sienta alrededor de mesas y conversa tranquilamente, no a los gritos como en los bares, de pie apiñatados en la barra, entre la nube del humo de los cigarrillos y el vaho etílico... Ahí sólo se discute vociferando, yo hablaba de charlar, opinar, debatir.
Saludos

14 de diciembre de 2009, 12:54  

Es cierto lo que dice Héctor, Valeria, por aquí las tertulias post-cine, o teatro, etc, son bien conocidas pero depende del ambiente en que te muevas, sin embargo reconozco que se van perdiendo por el poco tiempo de que se dispone.

Héctor: no seas tiquismisquis, que se entiende de sobra que la Z se lee S. En Argentina no untan a nadie con huevo y harina en las cafeterías. Yes un poco picoteru.

Valeria:Si vas el jueves a la biblioteca, ya charlaremos de nuestra utopía. Para que me reconozcas llevaré unas flores en la solapa.(no digas que no soy ocurrente..jeje)

Saludos

14 de diciembre de 2009, 12:58  

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