Un cómic de microrrelatos con variedad estética, desde lo naïf a lo tétrico.
A mitad de camino entre los microrrelatos, la poesía y los cuentos infantiles para todas las edades se encuentra “Cortocuentos”, un cómic con historias de tan sólo cuatro frases y cuatro viñetas -una de cada por página- pero con la posibilidad de múltiples lecturas.
"Se puede leer rápido o no. Letra tiene poca pero te puedes parar en cada viñeta durante mucho tiempo mirando los detalles y sacar una segunda y una tercera lectura", señaló Borja Crespo (Bilbao, 1972), creador de las historias, durante la presentación del libro en el ciclo sobre cómics que organiza la Fnac de Callao hasta mediados de diciembre y por el que desfiló el maestro Moebius la semana anterior.
Los microrrelatos no se desarrollan mediante la estructura tradicional de planteamiento, nudo y desenlace sino que juegan con las interpretaciones abiertas. "Cada historia tiene una especie de metáfora o moraleja pero sin final cerrado. Cada persona puede ampliarla si quiere", ha explicado Crespo. Unas, dijo, acaban "con humor negro", otras parecen un "chiste" y en otros casos es "como una patada".
Aunque el autor es también ilustrador, los dibujos han sido creados por Chema García (Granada, 1973), que ha realizado un trabajo en el que para cada “cortocuento” el estilo cambia notablemente. "Hacerlo todo de la misma forma siempre es muy aburrido", afirmó el dibujante de la obra. "[Cada cuento] parece dibujado por una persona diferente", añadió Crespo, que recogía así una idea que ya viene apuntada por Joaquín Reyes -humorista de Muchachada Nui y también ilustrador- en el prólogo del libro.
Las ilustraciones se adecuan al tono de cada cuento y viajan entre polos que podían considerarse antagónicos: desde lo naíf a lo tétrico. En otros, un dibujo muy colorido acompaña a una historia oscura.
Durante el proceso de creación del cómic, que duró cerca de un año, Crespo ha reconocido que su compañero fue introduciendo nuevas ideas a las historias, lo que, probablemente, ha contribuido a crear una homogeneidad en la que resulta prácticamente imaginarse los textos sin el acompañamiento de las ilustraciones.
"Chema dibuja caóticamente y luego le tengo que cortar". Aunque el planteamiento inicial de los autores era un libro de unas 200 páginas, finalmente, por recomendación de la editorial, Astiberri, el cómic se ha recortado a unas 120. "Ha sido un acierto y si la cosa sale bien, ya tenemos material para una segunda parte de cortocuentos".
Un género difícil, precisamente por la dificultad de intentar decir mucho con pocas palabras, pero que en ocasiones ha dado lugar a composiciones míticas. Ahí está, por ejemplo, uno de los cuentos minúsculos más famosos de todos los tiempos: "Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí", de Augusto Monterroso.
(Fuente: El Mundo 14/11 2009)
Etiquetas: DE LIBROS Y ESCRITORES
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