De Ventanas
TE GUARDO UN POCO
De luna de invierno,
por si cuando vengas
no queda ya esta luz,
tan clara al irse,
o –como veo ahora–
vuelve a nublarse. Era
pequeña y blanca, dulce,
creciente, en los bordes
borrosa. Y el azul pálido
se iba amoratando alrededor,
sobre el foco de las vía.
Era como a veces
tú la señalas y sales a mirarla,
un tiempo corto
porque hace frío.
Miguel Casado (Valladolid, 1954) “La mujer automática” Poesía Cátedra
Etiquetas: POESÍA
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