Las palabras
Hace 1 mes
...Cuando me preguntan si los textos los tengo organizados en la cabeza antes de escribirlos o bien se desarrollan sorprendiéndome a mí mismo a medida que avanzan, siempre contesto que en la redacción se producen sorpresas infinitas. Y que por suerte es así, porque la sorpresa, el sesgo repentino, la frase que se presenta en el momento preciso sin que se sepa de dónde viene, son el dividendo inesperado, el fantástico empujoncito que mantiene activo a un escritor. Eso es lo que logró el boxeador Alfonso aquel día con su sorprendente respuesta...Decidí que lo mejor sería abandonar aquella entrevista, pero antes hice una última pregunta, una pregunta que me atañía directamente: "Señor Hemingway, ¿cuál cree que es el mejor adiestramiento para el aprendiz de escritor?"... "Digamos", me contestó, y eso sonaba muy Hemingway, "que ese aprendiz de escritor debería ahorcarse porque descubre que escribir bien es intolerablemente difícil. Entonces alguien debería salvarlo sin misericordia, y su propio yo debería obligarlo a escribir tan bien como pudiera durante el resto de su vida. Así al menos tendría la historia del ahorcamiento para comenzar."
Yo, que no podía estar ya más animado, le pregunté entonces: "Señor Hemingway, ¿cambian el tema o la trama o un personaje a medida que uno escribe?" "Algunas veces uno sabe la historia", dijo cubriéndose la cara cubriéndose la cara como si estuviera boxeando, "y otras veces uno no tiene la menor idea de cómo van a ir las cosas. En realidad todo cambia a medida que se mueve. Eso es lo que produce el mocimiento que produce el cuento. Algunas veces el movimiento es tan lento que no parece estar moviéndose. Pero siempre hay cambio y siempre hay movimiento."
Me animé todavía más. "Señor Hemingway, cuando escribe, ¿alguna vez descubre que está influido por lo que está leyendo en ese momento?" Estuvo unos segundos concentrado en sí mismo hasta que por fin me dijo: "Actualmente nada de lo que leo me influye, pero hubo una época en la que Joyce fue muy importante..."
Etiquetas: DE LIBROS Y ESCRITORES
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El libro: Romanticismo
El autor:Manuel Longares
Mi humilde opinión de lectora:
Meterse en este libro buscando algo concreto es un error. Hay que dejarse llevar por las palabras, ellas nos descubren prototipos humanos , rituales, costumbres, escenarios y épocas. Cada personaje, cada nombre, cada calle, cada objeto, tiene su función: ser un instrumento para mostrar o describir el mundo interior y exterior del "cogollito".
Me parece muy interesante el manejo de tiempos paralelos, la descripción de detalles para definir personajes y el uso, tan proustiano, de los sentidos para evocar recuerdos.
Anónimo dijo...
9 de octubre de 2009, 10:35