Petros Márkaris es un escritor tardío de novela negra. Descubrió este talento en mitad de una crisis existencial de su trabajo como guionista de televisión. Su personaje más famoso, el detective Jaritos, es una de las voces más críticas contra la clase política helena y europea. Apasionado de la fotografía, construye sus novelas a partir de imágenes y visualiza a sus personajes, como si fuesen parte de su familia, sentados en su casa, en su mesa. Lector ávido, recomienda a los jóvenes escritores que lean todo lo que caiga en sus manos, que ya tendrán tiempo más adelante de seleccionar sus lecturas. PREGUNTA: Dice que siempre encuentra inspiración en las imágenes, ¿nos puede contar cuál es su proceso creativo?
RESPUESTA: No soy un escritor que trabaje con mucha planificación, no necesito mucha información para comenzar a escribir una historia. Voy capítulo a capítulo, no sé qué ocurrirá luego. Para empezar a escribir necesito una imagen, siempre es una imagen. Si me pregunta por qué, supongo que será porque fui durante mucho tiempo guionista de televisión y necesito imaginarme la historia para arrancar. Cuando ya tengo esa imagen, no me inquieta la historia porque sé que, a partir de ahí, la encontraré.
P: ¿Surgió su personaje principal, el detective Jaritos, de una de esas imágenes?
R: Le ví un día a él y, a toda su familia, delante de mi mesa de trabajo. Estaban ahí, como una familia normal de clase media, mirándome. En ese tiempo estaba escribiendo una serie para televisión y estaba muy estresado, porque tenía que entregar un capítulo cada semana. Y me dije: mejor pasa de esta familia y céntrate en lo tuyo. Pero el hombre fue muy persistente, no se quería ir, se quedaba allí todo el día. No me dejaba escribir, no me dejaba trabajar, era una tortura. Después de un mes de tortura me dije: este hombre es un policía o un dentista, no puede ser otra cosa. Una vez encontré que era un policía, ya lo supe todo de él: su nombre, su apellido, el nombre de su mujer y el de su hija, Caterina.
P: Hay algunos rasgos de Jaritos que son muy suyos.
R: Bueno, los comentarios sobre la situación social y política son totalmente míos. El modo que mira a Atenas, a la sociedad, es mi punto de vista. Por otra parte, su sitación familiar no tiene nada que ver con la mía. Sí que tiene mucho que ver con la de mis padres, con la familia en la que crecí. De hecho cada vez que mi hija lee una nueva novela mía, me dice que está harta de oír todo el día mis bromas y luego, volver a leerlas, en mis libros.
P: ¿Tiene algún ritual, a la hora de escribir?
R: Soy muy estricto con mis horarios. Trabajo cada día ocho horas, eso sí independientemente de que tenga algo que escribir o no. Es mi única regla. La inspiración no viene sola, hay que forzarla para que aparezca. Es cuestión de auto disciplina. No es fácil, viviendo en Grecia, con esa buena temperatura y el sol. En Suecia, o llueve o nieva, y te quedas en casa. En el Sur, es díficil.
P: Muchos escritores creen que las series suponen una limitación a la hora de escribir, ¿qué opina usted?
R: Sí, las series suponen algunas limitaciones. Por una parte, si tienes un personaje fijo, está la ventaja de que le conoces de antemano. No es sencillo crear un protagonista cada vez. La desventaja es darse cuenta de cuándo un personaje está agotado. El ejemplo más claro es Arthur Conan Doyle, con Sherlock Holmes, que mató a su personaje y tuvo que recuperarlo.
P: En su caso, ¿sigue con Jaritos en su nuevo libro?
R: Sí, estoy escribiendo una trilogía con Jaritos como protagonista. Y también tengo prevista una nueva novela. Todo a la vez. Teniendo en cuenta que no planifico mis historias, es un gran avance para mí tener esa proyección de mi trabajo, tan definida. Así que sí, Jaritos sigue, al menos, en mis próximos cuatro libros. Después, ya se verá.
P: Hablando de Suecia. ¿Por qué cree que hay ese boom de la novela negra?
R: Este boom empezó a mitad de los 80. Hay 2 razones, la primera fue el asesinato de Olof Palme en 1986. Dos años más tarde apareció la primera novela de Håkan Nesser y en 1990, la primera obra de Henning Mankell. Así que podemos decir que 1986 fue un año crucial. Para el resto de Europa, el año decisivo fue 1989, no sólo por la caída del muro de Berlín y la disolución del sistema soviético, si no porque fue el inicio del crimen organizado, como gran poder económico.
P: También están gozando de ese boom en su país, ¿o lo siguen considerando como un subgénero, como ha dicho en alguna ocasión?
R: Pues en Grecia siempre nos llega todo con retraso. Eso sí, somos como los elefantes, podemos ser el animal más lento, pero cuando nos ponemos en movimiento, no hay quien nos pille. Y con el boom de la novela negra ha pasado igual. Llegó tarde, pero lo importante es que la gente enseguida reaccionó y ahora ya somos unos cuantos escritores que cultivamos el género.
P: El crimen organizado, la inmigración y las grandes corporaciones son temas recurrentes en sus libros.
R: Sí, soy un gran observador. Creo que es mi principal talento. Intento no involucrarme. No es una regla, porque muchos escritores se involucran en sus historias, yo no. Aunque tengo una gran amistad con Jaritos. Vivo con él todo el año, no importa que esté escribiendo o no, es parte de mi día a día. Por otra parte, puedo tomar distancia con la situacion política y social, porque no soy griego de origen y me resulta más sencillo. La realidad es que actualmente Grecia es un infierno para vivir, pero es un paraíso para un escritor de novela negra, como yo.
P: Ha comentado a menudo que la clase política actual ejerce de contable.
R: En Europa podemos escoger los partidos, pero no los políticos, y lo encuentro raro y me enfada. Ya pudo ver cuánta gente participó en las elecciones europeas, muy poca, porque todo el mundo cree que no sirve para nada. Realmente, creo que no son capaces de encontrar soluciones políticas y por eso se centran en la financiera, porque creen que la resolución de una llevará a la solución de la otra, y se equivocan. Es el camino equivocado.
P: ¿Usted cree que los intelectuales tienen que comprometerse?
R: Bueno, yo soy de una generación que aprendimos a pensar en términos políticos. Ahora bien, creo que nuestra función es reflejar una realidad, no solucionarla.
P: ¿Qué autores leía de joven; cuáles le influyeron más?
R: Leía todo lo que caía en mis manos, todo. De hecho, cuando mis amigos salían con chicas, yo me quedaba en casa leyendo. No pienso volver a hacerlo nunca, si tengo la oportunidad de vivir una segunda vida. Ahora, me beneficio de ello, lo que perdí de joven, lo estoy recibiendo ahora. Siempre es así en la vida. Los jóvenes interesados en escribir deberían leerlo todo, sin excepciones ni criterio; ya tendrán ocasión de seleccionar, más adelante.
P: ¿Se imagina a su personaje Jaritos en el cine?
R: Ya tiene experiencia en televisión. Ha protagonizado dos series en Grecia, basadas en mis primeras novelas. No creo que, por ahora, haya una tercera parte, debido a la crisis y al coste de estas producciones, que se realizan en exterior, y necesitan un presupuesto elevado.
P: ¿Cómo fue ver a Jaritos en la televisión?
R: No encontrará en mis cinco novelas, una descripción de Jaritos, porque quería que cada lector se hiciese su propia imagen. Así que sigo sin querer hacerme una idea definida de él.
P: Puede contarnos un poco más sobre la novela que está escribiendo.
R: Es una historia con Jaritos, en la que varios banqueros resultan muertos; no le puedo adelantar más, porque no sé qué va a ocurrir, todavía…
Entrevista Mónica Moyano
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