28 DE ENERO DE 1922
Sabía yo por amigos que también le mandas dinero a Marievna Vorobiev Stebelska (y en ello reconozco tu gran nobleza), pero hoy, para que no me cupiera la menor duda, le enviaste 300 francos conmigo, rogándome con tu letra presurosa que se los hiciera llegar porque, según tú, yo soy la persona más cumplida y más responsable sobre la tierra. C'est un peu fort, ¿no, Diego? Le pedí a Fisher que llevara el dinero. No las he vuelto a ver, ni a Marievna ni a la pequeña Marika, pero me han dicho que ella se te parece muchísimo. Aunque me hayas escogido como confidente y agradezco tu gesto, nopuedo verlas porque siento celos y no puedo reprimirlos. Hiciste bien en decírmelo, Diego, no te reprocho nada, después de todo Ehrenburg fue quien te presentó a Marievna cuando preguntasté en la Rotonde: " Y quién es esa admirable caucasiana?", y en ese momento Marievna también buscó mi amistad, pero mis celos son ardientes y no tolero siquiera pensar en ellas, ni en la madre ni en tu hija.
Querido Diego, te abraza Quiela,
Elena Poniatowska, Impedimenta.
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