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BOMBONES ENVENENADOS

Un pequeño y magistral bombón envenenado

«Si uno sabe qué añadir y qué quitar, se puede demostrar cualquier cosa de manera convincente».
Anthony Berkeley
El caso de los bombones envenenados y otras cosas.
Casi todos los ecritores miembros del  «Detection Club » fueron adictos a envenenar a sus víctimas literarias: Agatha Christie, Dorothy L.Sayers, G.K.Chesterton, Anthony Berkeley…
“(…) No todo el mundo podía participar en las fascinantes cenas del Círculo del Crimen. Para ser miembro de este club no bastaba con profesar adoración por el asesinato; él o ella tenían que demostrar que eran dignos de llevar con honor sus espuelas criminológicas.
No solo tenían que exhibir un gran interés por todas las ramas de la ciencia relacionadas con la investigación, como por ejemplo la psicología criminal, y conocer al dedillo todos los casos incluyendo los más insignificantes, sino que también debían poseer habilidad constructiva: el candidato debía tener cerebro y saber utilizarlo.”
Anthony Berkeley, El caso de los bombones envenenados

ANTHEM

DE FOBIAS

Escritores fóbicos

Hay novelistas que se obsesionan con su intimidad y viven el éxito con angustia.



“Hay una paz maravillosa en no publicar. Es pacífico. Tranquilo: Publicar es una invasión terrible de mi privacidad. Me gusta escribir. Amo escribir. Pero escribo sólo para mí mismo y para mi propio placer”. La frase es de Jerome David Salinger, el autor de una de las obras literarias estadounidenses -¿y del mundo?- más importante del siglo XX: El guardián entre el centeno. Y es, además de una respuesta a The New York Times, una declaración de principios innegociables.

Es que poco después de publicada su obra emblemática en 1951, cuyos derechos le permitieron vivir hasta su muerte en 2010, en 1953 Salinger se fue a vivir a Cornish, una localidad en el estado de New Hampshire, abandonando su Manhattan natal. Allí se construyó una casa-búnker, rodeada además de una cerca, para aislarse completamente de miradas curiosas y de los medios de comunicación, de los que huía activamente.

EL RUIDO Y LA FURIA



William Faulkner estaba convencido de que tan creativo debiera ser el trabajo del lector como del escritor. El viernes se cumplieron 50 años de su muerte

 

(Artículo de )

 

En el verano de 1996, y tras varios meses de minuciosa preparación, emprendí con mi mujer un viaje inolvidable. La meta era Oxford (Misisipi), pero nuestro objetivo era recorrer, lo más minuciosamente posible, la geografía física y espiritual de las novelas de Faulkner. Siempre he sido un poco mitómano con los escritores que me gustan, sobre todo con los muertos (con la mayoría de los vivos, cuyos méritos literarios no siempre consigo disociar de su comportamiento como personas, me he llevado abundantes chascos). En cuanto a mi pasión literaria por Faulkner, supongo que se debe a que, después de DeFoe y Cervantes, a quienes leí (por ese orden) en mi adolescencia, ha sido el escritor a quien más he identificado con la gloria de la novela como género mestizo, proteico e inclasificable.
Sobre aquel viaje publiqué en la Revista de Occidente un pequeño travelogue que, más tarde, Javier Marías decidió generosamente incluir en Si yo amaneciera otra vez (Alfaguara, 1997), su libro-homenaje al autor de Mississippi. He vuelto a leer aquel relato y recordado lo mucho que me sorprendió entonces el llamativo olvido en que sus conciudadanos adoptivos (había nacido en la vecina New Albany) mantenían al que sin duda es su hijo más ilustre (Premio Nobel en 1949). En 1996, un año antes de que el mundo conmemorara su centenario, Faulkner era allí casi un desconocido, una especie de nebuloso icono local cuya casa (Rowan Oak) era visitada únicamente por algunos admiradores y profesores extranjeros. Recuerdo que, salvo un pequeño callejón que llevaba su nombre, no encontré placas ni monumentos conmemorativos. Y que, cuando averigüé (gracias al señor Parks, el peluquero local) que estaba enterrado en el cementerio de St. Peter, me costó dar con su tumba, desprovista de toda especial indicación o referencia.

FATHER AND DAUGHTER



Un padre se despide de su hija y se aleja. Los amplios paisajes holandeses ven las estaciones pasar.. y la vida con ella. La niña se convierte en una joven mujer, tiene una familia y con el tiempo envejece, pero dentro de ella hay siempre un profundo anhelo de su padre. 
Father and Daughter es un corto animado holandés del año 2000 creado por Michaël Dudok De Wit. Premiado con el Academy Award for Animated Short Film.

MENTIRAS



Algunas mentiras sobre la lectura
“En Gran Bretaña, los hábitos literarios y los deseos de los lectores, han sido sondeados en el transcurso del día mundial del libro (2009). El resultado han sido algunas verdades sobre pequeñas mentiras. Por ejemplo, 61% de los ingleses mienten en relación con libros que nunca han abierto, o lo han hecho parcialmente. Igualmente, mas de la mitad de los encuestados quisieran escribir un libro, si bien solo 11% han terminado alguno, pero no han encontrado aún el medio de hacerlo editar.
Respecto a los mentirosos, veamos cuales son los libros a los cuales la mentira se refiere con mayor frecuencia: George Orwell, con 42%, se lleva la delantera con su novela 1984. Le siguen “La guerra y la paz” con 31%, el Ulyses de Joyce con 25%, y la Biblia, con 24%.
Pero, por qué mentir? No olvidemos que el sex-appeal de los libros es que son instrumentos de seducción.  Por otra parte, existen autores que la gente lee, pero no quiere reconocerlo: Rowling, Grisham, Cooper, Archer.
¿Y qué quisieran escribir los ingleses? Una novela de aventuras o una policíaca, dice la mayor parte de las mujeres. ¿Y los hombres? : Quisieran escribir una novela de ciencia ficción. Otro dato curioso: Para 47% de los hombres, escribir sería nada mas que un medio de ganar dinero. De hecho, para 41% de los hombres encuestados, el atractivo de la ganancia representa una fuente de inspiración para convertirse en escritor, más aún que el deseo de contar una historia. Sin embargo, no puede desconocerse que los británicos son asiduos a la lectura: 96% de los encuestados reconocen haber leído hasta el amanecer, por lo menos alguna vez, para finalizar la lectura de un libro”.

L´EQUIP PETIT


l'equip petit from el cangrejo on Vimeo.


Toda una lección, sobre todo en estos días...

(Posteado por Jordi Guzmán, en Pasalavida)

TOMAS TRANSTRÖMER, VISIÓN DE LA MEMORIA

Hasse, un muchacho oscuro y grande que era cinco veces más fuerte que yo, tenía por costumbre ganarme en la lucha libre en cada pausa del primer año escolar. Al principio ofrecí resistencia pero de nada sirvió: él me derrotaba siempre, de todos modos. Al final encontré un método para desanimarlo, relajándome                        totalmente. Cuando se acercaba, yo fingía que mi Yo había volado lejos y que lo único que había quedado era un cadáver, un trapo que él podía manosear como quisiera. Entonces se cansó. Me pregunto qué ha significado para mi existencia el método de transformarse a sí mismo en trapo sin vida. El arte de ser atropellado, conservando el amor propio. ¿No lo habré utilizado en exceso? A veces funciona, a veces no.                                              
Visión de la memoria es la autobiografía de la infancia y adolescencia del premio Nobel de Literatura, el poeta sueco Tomas Tranströmer, escrita a sus sesenta años.

Visión de la memoria Tomas Tranströmer, traducción de Robero Mascaró, editorial Nórdicalibros

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