Blogger Template by Blogcrowds

ENMUDECER



Era cuestión de minutos. Un poco de rimmel más, o una cucharada de cereales menos; robarle unos momentos al body milk … no se.
Analizaba mis pasos desde que el despertador sonaba y aquel vacío o no en el ascensor era real. La fresca fragancia que aspiraba era como la brisa marina repleta de sus aromas. Sus ojos fijos en mi perfil me producían una sensación de rubor que al llegar al punto cero paralizaba el caminar con normalidad.
Muchos días pasaron de repente.
En ocasiones abandoné el colorete; abroché la sandalia esperando a que aquella puerta se abriese… ¡todo fue inútil!
En aquella colmena de edificio, le di por desaparecido. Ya no era cuestión de ser más ágil o más perezosa.
Un día más estática ojeaba el reloj; en segundos lo había hecho varias veces. Cuando la puerta del ascensor por fin se abrió, reposabas en una camilla, los ojos fijos. Quise decir algo, pero ya otra persona indicaba que no tenía hueco. La puerta se cerraba como una losa y el lamento de una ambulancia me hizo estremecer.


Tere Fuertes Fernández

0 comentarios:

Entrada más reciente Entrada antigua Inicio